La medida se publicó en el Boletín Oficial el pasado viernes. No obstante, el cambio no implica una liberalización absoluta.
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El Gobierno anunció un nuevo sistema de certificación para la importación de autopartes.
La Resolución 222/2025, publicada en el Boletín Oficial, formalizó la eliminación del Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS), un procedimiento que durante años generó controversias dentro del sector automotriz. Sin embargo, esta derogación no implicó una liberalización absoluta, ya que el Gobierno reemplazó el viejo esquema por un nuevo sistema basado en licencias de certificación.
El nuevo mecanismo obliga a que todas las autopartes de seguridad que se vendan en el país cuenten con una Licencia de Certificación. Estos certificados deberán ser emitidos por entidades reconocidas, como el INTI, el IRAM o laboratorios internacionales habilitados bajo la Norma ISO 17025.
A través de esta disposición, la Secretaría de Industria y Comercio estableció un modelo de fiscalización más estricto y adaptado a las demandas actuales del mercado. El objetivo principal es conservar estándares básicos de calidad para componentes críticos en materia de seguridad vial, como frenos, neumáticos, cinturones de seguridad y sistemas de iluminación.
Los productos alcanzados
La nueva normativa abarca más de 30 categorías de autopartes, incluyendo espejos retrovisores, matafuegos, sistemas de retención infantil, cascos protectores, bujías de incandescencia, paragolpes y repuestos de airbags, entre otros. Esta lista tiene como fin garantizar que cada vehículo que circule en las rutas argentinas cuente con componentes confiables.

La nueva normativa abarca más de 30 categorías de autopartes.
Además, el sistema incorpora una innovación tecnológica clave: cada autoparte deberá tener asociado un código QR que permitirá a los usuarios consultar su información técnica y su certificación. En paralelo, los importadores estarán obligados a declarar sus productos mediante el Sistema Malvina al momento de efectuar el despacho.
Fin del CHAS y nuevo enfoque regulatorio
El fin del CHAS se enmarca en el plan de desregulación administrativa impulsado por el ministro Federico Sturzenegger, quien calificó al viejo certificado como “El Mal del CHAS”. Esta herramienta obligatoria, aplicada durante años a las autopartes importadas, fue duramente cuestionada por su burocracia y los elevados costos que implicaba.
A pesar de su eliminación, el gobierno sostuvo que la esencia del control no desaparece. “El espíritu del CHAS sigue vigente”, señalaron fuentes oficiales, en relación con los nuevos procedimientos de certificación que buscan garantizar la calidad de los productos que ingresen al país.
Fabricantes, comerciantes y consumidores deberán ahora adaptarse a una etapa de transición. Si bien el nuevo sistema supone desafíos operativos, el Ejecutivo asegura que traerá beneficios en términos de seguridad vial y confianza del consumidor.
Este marco busca equilibrar la liberalización del comercio exterior con la necesidad de proteger la integridad física de los usuarios. La implementación de estas medidas apunta a transformar el mercado de autopartes argentino en un entorno más eficiente, seguro y transparente.
Opiniones del sector industrial
Para Juan Cantarella, titular de la Asociación de Fábricas de Componentes (AFAC), el cambio constituye un paso positivo. “Es una variable que impacta en la seguridad de terceros. Contar con un sistema de control permite mayor transparencia y bienestar general”, afirmó. También planteó la necesidad de implementar un sistema eficiente que garantice la trazabilidad y el cumplimiento de las nuevas reglas.
El dirigente consideró que la exigencia de calidad no solo protege al consumidor directo, sino que fortalece la confianza en toda la cadena industrial. Además, destacó que el código QR representa un avance en materia de acceso a la información para los usuarios.